"Tanto dolor se agrupa en mi costado, que por doler me duele hasta el aliento..."

Elegía a Ramón Sijé, de Miguel Hernández


jueves

Statement

El dolor...qué concepto más subjetivo. Porque, ¿qué es un dolor?, ¿significa para mí lo mismo que para otro?, ¿puedo siquiera entender el dolor de otra persona a partir de mis propias vivencias?, ¿existe una respuesta absoluta a estas preguntas?

No. Nos movemos en un plano en donde nada es verificable y en el que no hay respuestas absolutas. Relacionando esto último con el arte plástico, ¿cómo crear algo que genere la sensación de dolor en otros si partimos de la base que el dolor es subjetivo, de que es parte inherente de cada persona?

Se dice que arte y dolor de alguna forma están muy ligados. Un artista, necesariamente, tiene una especial sensibilidad para entender el mundo; la sensación del dolor como resultado de esta sensibilidad, pienso, le daría mayor libertad al artista. Por eso con este proyecto me propongo investigar sobre el tema, a través de el arte, la actualidad, las noticias, y la visión individual de distintas personas sobre el dolor.

Por ejemplo, se me ocurre que respecto al dolor, podemos hablar de dos tipos: dolor físico y dolor psicológico.

El dolor físico, que es el que afecta al cuerpo, por ejemplo: el caso de Frida Kahlo y el dolor físico que le significaron las 38 operaciones que, a lo largo de su vida, sufrió a su espalda. Autorretratos en donde la artista se representó como una inválida, se repitieron en sus trabajos; y el dolor psicológico, el dolor psíquico, el que es producto de una serie de vacíos afectivos que atormentan —de una manera en particular— a cada persona.

Sabemos que cada artista deja al descubierto todas sus obsesiones cuando presenta una creación al mundo, por ejemplo: el caso de un novelista y la desfragmentación de su personalidad a partir de la creación de personajes que, con completa autonomía, le dan forma a su relato. Recuerdo cuando Cortázar habla de que los personajes, el ambiente, las acciones dentro de una novela en la actualidad, no son más portadores unívocos de la visión de una realidad estrictamente estructurada (que sería la base del naturalismo en la literatura), sino que manifestaciones ambiguas de una experiencia metafísica que se presentan con el signo cambiado o encubierto.

Si lo aplicamos al arte plástico, tenemos que a lo largo de la historia del arte universal, los artistas siempre han sido los principales denunciadores de los problemas de la sociedad. Siempre, incluso cuando los mismos artistas han debido atacar a la clase social a la que pertenecen. Podríamos decir que esta manifestación ambigua de la que habla Cortázar, es aquella que permite a los artistas, en general, hacerse partícipes de los problemas que afectan a la sociedad (¿cómo una realidad social es capaz de influir en la mente de cada persona?), interiorizarlos, digerirlos y por medio de la creación, concienciar al público de ellos.

La angustia, la soledad, el caos también son formas de dolor que todos en algún momento experimentamos, esa visión pesimista de la vida, o la muerte como una evento posible en el día a día será lo que busque plasmar.